CONSECUENCIAS

 


 

La noche había sido larga, Gianni y Fernando se animaron demasiado, entre sus ideas y los cócteles acabamos cerrando el Club.

Necesité una ducha de diez minutos con agua bien fría para poder ponerme en marcha. Salí de casa y me dirigí directamente al quiosco de Mauro, para ver de primera mano mí artículo impreso en el papel.

Buenos días Don Mauro ¿ya le ha llegado la edición de hoy del “Day at Day”?  –Sabía perfectamente que le había llegado, era más, lo estaba viendo, Don Mauro lo hacía destacar entre el resto de periódicos.

Buenos días Toni, claro que lo tengo. Hoy se está vendiendo muy deprisa, quizás tenga algo que ver qué tú hayas escrito ¿me equivoco? –El titular del artículo aparecía en la portada, en la banda derecha y no dejaba indiferente.

Espero, que ese sea uno de los motivos por lo que se está vendiendo tan rápido el diario.  –Cogí uno, para observar el artículo, lo habían enmarcado en la pagina cinco y con mi firma. Resoplé, por fin veía cumplido mi objetivo, pero a la vez sabía la responsabilidad que eso me comportaría.

Creo que con el título de: “¿qué está haciendo el ayuntamiento con nuestro dinero?” A más de uno le va a entrar curiosidad. –Don Mauro era muy sabio y por el aprecio que me tenía, supongo que evitó decirme que eso me iba a traer consecuencias. Le aboné el diario y me despedí.

Mi curiosidad, me llevó a pasarme por la cafetería para comprobar si el artículo se había convertido en uno de los temas del día.

Al abrir la puerta de la cafetería la gente comenzó a mirarme, por un momento se hizo el silencio, pero a la vez, comenzaban a susurrar  a mi paso. Me sentí intimidado ante la expectación.

Y aquí llega: el castigador, el ejecutor, el ajusticiador, el mortificador, el afligidor, el atormentador, para imponer justicia con su pluma.  –Philippe desde el fondo de la barra, con el diario en la mano parecía querer presentarme como aquellos gladiadores que eran lanzados a la arena en espera de enfrentarse a un león.

Vale Philippe, creo que todo el mundo ha entendido lo que querías decir, pero dime ¿de dónde has sacado ese vocabulario? Cuando tú no dices tres palabras seguidas sin darle una patada al diccionario.  – Ni el mismísimo Cervantes habría podido desplegar tal cantidad de adjetivos.

Bueno he tenido una pequeña ayuda, quería sorprenderte y he memorizado casi todos los sinónimos de la palabra castigar. No me dirás que lo mío no tiene mérito también. –Lo mío sí que era un merito, tener que aguantar el castigo suyo.

Parece que la gente ha leído el artículo, y ¿tú? ¿Qué te ha parecido?  –El diario pasaba de mano en mano por la cafetería, por las caras de los lectores no era capaz de valorar sus reacciones, estaban entre sorprendidos y los que si no ven un resultado de futbol ni parpadean.

Me parce muy valiente por tu parte, denunciar una posible corrupción dentro del Ayuntamiento por el trato de favor a varios empresarios de esta ciudad. Pero para mí tiene más mérito que los hayas convencido para que te lo publiquen. Supongo que estás bien respaldado porque los políticos no se van a quedar de brazos cruzados mientras tú los acusas de algo muy grave. –La cara de Philippe se tensionó y se cruzó de brazos, esperando alguna respuesta satisfactoria.

Si te soy honesto Philippe, en estos momentos no tengo manera de demostrarlo, pero estoy convencido de ello y pronto espero poder obtener las pruebas que lo demuestren, solo necesito algo de tiempo. –Bueno tiempo y suerte, aunque esto último preferí obviarlo.

¿Tienes noticias de Amadou? Hay mucha gente por aquí que pregunta por él, yo les he dicho que había regresado a su país una temporada, pero que volvería. Otra pregunta a lo que no tenía respuesta alguna y aquí no podía obviar nada.

Nada de nada Philippe, estoy esperando a ver si Nadia a podido averiguar alguna cosa sobre su paradero a través del GPS de su móvil. Pero entiendo que esas gestiones llevan su tiempo, confío en la subinspectora y sé que hará todo lo que esté en sus manos para dar con él. El saber que Nadia estaba involucrada al cien por cien relajó el rostro de Philippe.

El móvil sonó, era la señal de aviso de un mensaje entrante, era Ana, pidiéndome que me presentara en la redacción lo antes posible.

Bien Philippe, me reclaman desde el diario, tengo la sensación de que la mañana va a ser muy movida, a más de uno ese artículo no le habrá gustado nada. Deséame suerte porque la voy a necesitar. Acabé el café y emprendí camino hacia la redacción.

Buenos días Toni. –Alberto parecía estar esperando mi llegada dado que me recibió en la misma entrada del edificio, abandonando su mostrador de recepción.

Buenos días Alberto ¿a qué se debe el honor de ser recibido en la puerta? Ni que yo fuera el mismísimo director. Alberto no pudo evitar sonreír, pero estaba claro que algo serio ocurría para que actuara de esa manera.

Verás, ha venido un funcionario del juzgado para entregarte una citación, por lo que he podido averiguar por algún compañero que trabaja allí. Parece ser que la citación viene debida a que el Ayuntamiento te ha denunciado.

Espera, si el artículo hace unas horas que ha visto la luz, como es posible que en tan corto espacio de tiempo se haya tramitado una denuncia y un juez me cite a declarar el mismo día. Es incomprensible ¿tú lo entiendes?   – El pobre Alberto se encogió de hombros, lógicamente no sabía que responderme.

No lo sé Toni, pero es algo muy raro. Sube, que deben entregarte la citación en mano y el tipo lleva un rato en la redacción. No te preocupes seguro que todo saldrá bien, si puedo averiguar alguna cosa más te la haré saber. –Y dándome una palmadita sobre el hombro, quiso tranquilizarme.

Muchas gracias Alberto, por ponerme al corriente, no sé qué haría yo sin ti aquí. –Levanté mi mano derecha a la altura de la sien, con la palma de la mano hacia abajo en un ángulo de cuarenta y cinco grados y lo saludé como el gran capitán que era, por lo menos para mí.

Tomé el ascensor, mientras intentaba encajar la noticia, esperaba una reacción pero no tan pronto. Ahora debía saber el respaldo que iba a tener por parte del diario.

Entré como de costumbre por la puerta del fondo y me dirigí a mi escritorio, encendí el ordenador y me dirigí a la cafetera.

Oye tú, se saluda al entrar, que aunque los demás no estén, yo estoy aquí trabajando.  –Era la voz de Judit desde su mesa, se incorporó y se puso de brazos en jarra, advirtiéndome de mi actitud poco educada.

Yo que había entrado con la mirada puesta en el despacho de Sandoval  y las voces que salían de él, ni si quiera me había percatado de la presencia de la pobre Judit.

Perdóname Judit, lo siento no te había visto. Alberto me ha dicho que había un funcionario del juzgado esperándome para darme una citación y he visto que está en el despacho de Sandoval.  –Lo último que iba hacer era ir al despacho para advertir de mi presencia, mejor esperarlo en la cafetera.

Sí también está Ana, parece que tu último artículo va a traer cola, espero que sepas lo que haces. Por aquí andan todos un poco sorprendidos del revuelo que ha provocado su publicación. –No me sorprendieron sus palabras, incluso esperaba alguna reprimenda por su parte.

No te preocupes Judit, sé lo que me hago. Por cierto quisiera pedirte un favor. –Al verla de seguida me vino a la mente Begoña y la situación que estaban viviendo el resto de vecinos de mi edificio.

Dime Toni, si está en mis manos por supuesto que te lo haré. Judit siempre tan generosa, a pesar de cada mañana al llegar me preparara mi café y nunca le hiciera uno a ella, por más que me lo pidiera, solo para chicharla.

Necesito toda la información que puedas reunir sobre una empresa, creo que debe ser un grupo inmobiliario, se llama Building Holding Company. Mi bloque, está formado por pisos en alquiler con renta antigua y el propietario parece ser que ha llegado un acuerdo para venderlos a esta compañía. Han pasado a los inquilinos cuáles serán sus nuevos contratos de arrendamiento y como te imaginarás son alquileres inasumibles para esa gente. Y me temo que no debe ser la primera vez que hacen este tipo de operaciones especulativas. –Sabía que era una carga de trabajo extra, pero si alguien era capaz de encontrar todo sobre esa empresa, era Judit.

Por lo que me cuentas, su finalidad es echar a los inquilinos, al no poder asumir el nuevo alquiler y tener carta libre para vender los inmuebles. Seguro que no es la primera vez que lo hacen. Dame unos días que seguro que aquí vamos a encontrar cosas muy interesantes.  –Por su cara parecía que le había gustado mi propuesta, solo le faltaba frotarse las manos.

Gracias Judit, a ver si entre los dos podemos echarle una mano a mis vecinos y logran conservar sus viviendas.  –Al menos Judit me acababa de alegrar el día, pero parecía que eso poco iba a durar.

Ana salió del despacho de Sandoval  junto a un tipo de mediana edad enfundado en un traje gris y un maletín de mano marrón. Avanzaron hacia mí. Yo sabiendo su propósito me acerqué.

¿El señor Toni Lessans?  –La voz firme y autoritaria no dejaba duda de la identidad del personaje.

Sí, ese soy yo ¿en qué le puedo ayudar?  –Simple y puro formalismo.

Verá vengo a entregarle una citación para hoy a las doce en el juzgado número seis de lo penal. Necesito que me firme con nombre, apellidos y número de identificación personal el acuse de recibo. –Tan solo le faltó pedirme una foto y tomarme las huellas dactilares. Procedí a realizar todas sus indicaciones.

¿Me podría explicar el motivo de esta citación?  –Me podía imaginar muchos motivos, pero que me citaran por lo penal, era algo que se escapaba a mi raciocinio.

Yo simplemente me dedico a entregar las citaciones, los motivos se los dará el juez cuando le lea los cargos que se han presentado contra usted.     –Y tal como acabó la frase, guardó la documentación en un portafolios y ni si quiera se despidió.

Sandoval, se había incorporado junto a Ana como espectadores pasivos de aquella representación tan absurda. Y se le veía preparado para tomar la palabra.

Lessans, ahora va a vivir en su piel las consecuencias de no actuar correctamente, su soberbia le ha llevado a creerse que está por encima del resto de los mortales, pero recuerde que siempre habrá alguien aún más arriba. Le faltó tiempo para recriminarme la publicación del artículo, sin ni si quiera mencionarlo, es más estoy seguro que se quedó con las ganas de aplaudir cuando me entregaron la citación.

No se preocupe por mí, Sandoval, yo seguiré cumpliendo con mis obligaciones como el resto de compañeros, aún pertenezco a esta redacción. –Ana, como siempre intervino, viendo el tono que estaba tomando la conversación.

Toni, sabes que el periódico respalda jurídicamente a todos sus trabajadores por motivos laborales, como denuncias a consecuencias de la publicación de artículos, si este es el caso házmelo saber y contactaremos con el gabinete de abogados que tiene el periódico. –Mi ángel, había vuelto a salir en mi ayuda, ya había perdido la cuenta.

Lo que ha dicho Ana es cierto, pero si no es el caso, el periódico se desentenderá totalmente de su actuación particular y podría tomar medidas en función de la gravedad de las acusaciones. –Ya no sabía a qué temer si al juez o al tirano que tenía como jefe.

En cuanto sepa los cargos contra mí, te lo hago saber Ana. Espero que solo sea un mal entendido y no tenga más recorrido.  –Y de verdad lo deseaba, pero por ella, conociéndola sabía que se preocupaba realmente por mí. Sandoval se retiró a su despacho sin esperar a mi posible replica.

Ahora que no está Sandoval, escúchame atentamente. Quiero que sepas que te apoyo con el artículo, pero debes entender que por mi posición no podía darte el visto bueno, no por posicionarme en contra de Sandoval, si no por qué debo mirar por los intereses del periódico.

 Yo no tengo la capacidad de tomar una decisión en la que se pone en riesgo algo más que la opinión de un periodista, si no que supone un enfrentamiento directo contra el Ayuntamiento y otros poderes facticos de la ciudad.

Aunque no lo creas ni el mismo Sandoval tiene ese poder de decisión. Así que cómo lo hayas conseguido publicar, es asunto tuyo y tiene mucho merito, porque significa que quien manda aquí, o sea el propietario, te respalda y por más que te digan que pares o te puedan insinuar que debes dejarlo, sigue adelante, no tendrás un apoyo más grande en esta causa. –No me hacía falta su explicación para saber que estaba de mi lado y aunque no lo hubiera estado tampoco se lo podría reprochar.

- Sé que estás de mi lado y que si por ti fuera hubieras aprobado su publicación. Lo de Sandoval ya no lo tengo tan claro, su no tan rotundo, no me acaba de convencer. Pero eso ahora no importa el articulo ya se ha publicado y ahora tengo que demostrar lo que escrito y sé que no será fácil. Pero sabiendo que estás de mi lado, seguro que todo será más fácil. –Ana sonrió agradecida y me abrazó. El momento de gratitud se vio interrumpido por el sonido del móvil. Era un mensaje de Fernando:

“Toni en cuanto puedas llámame, es urgente”

Comentarios

  1. el argumento empieza a tomar un matiz mas preocupante para el personaje principal......pero habrá que esperar como evoluciona la historia...

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