MONEDA AL AIRE: CRUZ O CRUZ

 


Bon jou Toni, hoy te veo en plan madrugador, o ¿no has dormido?  Se notaba que Philippe andaba esperando mi llegada por la cafetería, cualquier día de estos me presentaba con un pasamontañas puesto, a ver si no me reconocía.

Buenos días, Philippe. Podríamos decir que ha sido una noche muy larga, por cierto vengo de ver al Padre Ángel y dice que a ver cuando pagas tu apuesta, ¡pagano! El rostro de Philippe cambió y frunció el ceño, era evidente que no le gustó nada que yo me hubiera enterado.

Bien ese tema no quiero ni tocarlo, ese predicador de almas vacías, es un embaucador con el cual tengo una conversación pendiente y te aseguro que la apuesta la he ganado yo. –Parecía que no tenía intención de contarme de que iba la apuesta, dada la indignación de sus palabras.

Vaya, veo que aquí hay un verdadero conflicto de intereses, alguno de los dos esta pecando, mentir es pecado, lo sabes  ¿verdad? Y esta vez, Philippe sonrió y miró hacia arriba, como pidiendo a lo que hubiera allí  me dijera algo, todo un gesto de buena fe para un pagano como él.

El único pecado que voy a cometer es servirte un café, porque sé que aún te va activar más y me vas a calentar la cabeza. Y cumpliendo su palabra se dirigió a la cafetera y me preparó mi elixir matutino.

En ese preciso momento se abrió la puerta de la cafetería, era Nadia, puntual como un reloj, su rostro serio discordaba con su vestir informal, pelo suelto que se balanceaba al unísono taconeo de sus botas, marcando presencia.

Buenos días Philippe, ponme un café con leche. Sus primeras palabras y su atención fueron para Philippe, yo en mi taburete de siempre, expectante de ser visto, o no.

Bon jou Nadia, enseguida te lo sirvo, creo que tienes a alguien esperándote al fondo de la barra, así que ya puedes empezar con él y ponerlo en su sitio. Bonitas palabras de Philippe, me dieron ganas de decirle que yo también lo quería.

Hola Toni, que te parece si nos sentamos en una mesa, estaremos más cómodos. –Su voz no fue una invitación, fue una orden a la cual no dude en obedecer, cogí mi café y me senté frente a ella.

Antes de nada quiero pedirte perdón por todo lo sucedido, no tenías ninguna obligación de implicarte y menos de ayudarme, poniendo en juego tu prestigio y tu carrera, así que te lo agradezco de corazón. –Y mientras expresaba mi culpa, el estomago se iba cerrando, como un bola presionado al diafragma, para frenar mi respiración y acabar entrecortando las palabras.

La verdad es que no ha sido nada fácil contener al comisario, al capitán de la guardia urbana y otros medios no afines a tu periódico. Esto solo ha sido el primer golpe, pero el siguiente no lo podré parar y seguramente vendrá del Ayuntamiento en cuanto publiques el artículo que me has enviado. Su mirada no se entrecortó ni un momento de la mía, una vez acabada sus palabras bajó la mirada y con su mano izquierda removió la humeante bebida de su taza.

Entonces crees ¿qué no debería publicar el artículo? Nadia volvió a levantar su mirada mientras hacia un gesto de negación con la cabeza.

No, creo que no deberías hacerlo, de momento más vale no involucrar a más gente, si lo haces, en tu artículo no dejas muy bien parado al Ayuntamiento e insinúas posibles tratos de favor con el empresario fallecido. Y ahí ya estás tocando temas muy delicados que no te van a salir gratis.  Por sus palabras parecía que Nadia sabía algo más de lo que yo no estaba al tanto.

Pero Nadia, mi trabajo consiste en explicar las cosas, tal como son, no puedo dejar de contar algo por temer consecuencias sobre mí, si no las explico habrá gente que las sufrirá igualmente y lo peor de todo es que nadie lo sabrá. Sin saber cómo, mi respiración volvió a recuperarse y mi diafragma dejó de ser presionado.

Tecomprendo Toni y estoy contigo, pero debes entender que hay dos factores de gran poder, los políticos y la gente de dinero, que normalmente suelen ir de la mano y no es lo mismo olvidarse de unas cuantas infracciones de tráfico que de unas presuntas acusaciones de corrupción. Así que te pido que dejes estos en manos de la policía, si averiguamos algo no dudes que actuaremos. Quería creer a Nadia y su voluntad de ayudarme, lo cual ya había demostrado, pero con el caso de Amadou no había actuado igual y en este momento él necesitaba más su ayuda que yo.

Confío en ti Nadia, pero no en la burocracia, así que voy a intentar por todos los medios que me publiquen el artículo, aunque al igual Sandoval no me dejará y sufriré las consecuencias de todas formas y al igual acabaré repartiendo periódicos con la furgoneta. No era lazar una moneda al aire y esperar a que saliera cara, la moneda solo tenía cruz por las dos bandas, así que mi decisión iba a traerme consecuencias de una manera o de otra y solo había un modo de hacer lo correcto, que no era otro que afrontarlo.

Veo que vas a seguir a delante de todos modos, te ayudaré en todo lo que pueda, pero tengo que pedirte una cosa. –Nadia hizo una pausa, desvió su mirada hacia la barra, como buscando a Philippe y este le asintió con la cabeza como aprobándole lo que iba a hacer.

En esta situación en la que me voy a meter, no estoy en condiciones de negarte cualquier petición, así que adelante, sea lo que sea cuenta con ello. Estaba en manos de Nadia, ella mejor que yo conocía los peligros que podían acarrar mi decisión, aunque poco iba a poder hacer yo por ella.

Lo que te pido es muy fácil y a la vez muy complicado, bajo ningún concepto deben saber que colaboramos y mucho menos, que te estoy pasando información, eso supondría mi expulsión del cuerpo y más consecuencias para ti. ¿Lo entiendes? –Por un momento, no supe que responder, Nadia me estaba ofreciendo toda su ayuda y estaba dispuesta a poner todos los medios para ello, incluso jugándose su carrera. En ese momento pensé en la moneda lanzada al aire y quise imaginar, que tal vez, y solo en ese instante podía existir la posibilidad de que una de las dos cruces se transformara en cara.

Lo entiendo perfectamente, no te preocupes no desvelaré tu identidad a nadie, aunque esto me traiga consecuencias, tu nombre nunca saldrá a la luz. Creo que esto es el principio de algo importante. –Por primera vez me sentía respaldado en una decisión importante, tanto que incluso me asustaba, ahora tenía una gran responsabilidad, mantener a Nadia en el anonimato.

Me tengo que marchar, estamos en contacto. Por cierto como anticipo te diré que el coche al que perseguíais, pertenecía a la fundación del señor Grande, los ocupantes no los hemos podido identificar, de momento. Nadia cogió su abrigo y el bolso, se acercó a la barra, comentó alguna cosa a Philippe y se perdió tras la puerta.

Ni  si quiera me había dejado opción de despedirme de ella, pero estaba tan sorprendido de sus palabras, cuando lo que esperaba era una tremenda reprimenda por la reprobación de todo lo acontecido. Aquel cambio de aptitud en mis expectativas solo podía tener una explicación, era que Philippe tenía algo que ver en el ofrecimiento de Nadia. Pero no era momento de intentar esclarecerlo, tenía algo más importante que hacer, acudir a la redacción y enfrentarme a Sandoval, con la esperanza que me dejara publicar el artículo sobre Amadou.

Comentarios

  1. La trama se desarrolla sin prisa pero sin pausa....y te va envolviendo en un halo de misterio que no puedes parar de leer.....

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