NOCHE DE PUZLE


 

El cielo estaba totalmente despejado, era una de esas noches donde se podían apreciar las estrellas con claridad, a pesar del millar de luces que se proyectaban contra el cielo, de una ciudad que no quería dar paso a la oscuridad.

Yo me había sentado en mi vieja silla a disfrutar de la brisa que corría esa noche, el vivir en el último piso del edificio, el ático, me permitía tener una perspectiva única de la ciudad, incluso llegaba a divisar el mar. Aunque la terraza no era amplia, más bien todo lo contrario, con algo donde sentarme y una pequeña mesa redonda para apoyar mi copa, era suficiente para disfrutar de la calma y el silencio que rara vez concurrían a la vez.

Esos eran momentos de reflexión, momentos de pausa, momentos de....todo. Pero el mejor de todos era cuando conseguía no pensar en nada, quedando hipnotizado por el brillo intermitente de las cientos de miles de perlas que se incrustaban en el firmamento.

A tal efecto lo saboreaba en forma de vino, un tinto bien frio, el más grande de los sacrilegios para los eruditos de la enología, a los que les dedicaba el primer sorbo, no sabían lo que se perdían.

Hoy era uno de esos días que era imposible dejar la mente en blanco, cientos de imágenes invadían mi cabeza, algunas provocaban un sentimiento agradable, como cubrir el acto del Ayuntamiento, representando a un periódico tan importante como el “Day at Dy” moviéndome entre la flor y nata de la sociedad.

Gianni y sus locuras, mi barman favorito. Y qué decir de Nadia, bueno en realidad poca cosa, es que no sabía nada de ella, quizás eso lo hacía tan atractiva, pero había algo en ella que me atraía y no sabía el qué.

Y después un montón de imágenes que quisiera borrar , o no, quizás era lo que siempre había deseado , jugar en las grandes ligas, moverme como hacían Lucas y Ester, siempre detrás de los artículos más impresionantes, investigando y sacando a la luz noticias imposibles, que les habían convertido en estrellas del periodismo de investigación.

Mi actuación no fue sensata, quizás debía haber hecho caso a Nadia, pero ella me ignoró con Amadou, quizás debía haber pensado con la cabeza antes de implicar a Fernando en una persecución que podía haber acabado muy mal. Pero yo era de sentimientos, era de sangre caliente y solía hacer caso del que me había llevado hasta donde estaba, que no era otro, que el corazón.

Y entre sorbo y sorbo, miraba al firmamento buscando una señal para saber si hacía lo correcto, pero el manto estrellado solo me devolvía inmensidad  y me hacía sentir más pequeño.

Sin quererlo aquel acto de locura, podía echar al traste todo aquello por lo que había estado luchando todo este tiempo. Como iba a explicarle a Sandoval que me había entrometido en la investigación que llevaba a cabo la sección de sucesos, sin más. Poniendo en peligro mi vida, que eso era lo de menos, si no lo peor, pudiendo arruinar el trabajo de los compañeros y la reputación del periódico.

A la primera copa le siguió otra y a esta otro más, sin darme cuenta la dulce embriaguez del frio mosto, me hizo acabar con la botella. Las estrellas seguían brillando, pero sin darme ninguna señal y yo cada vez me sentía más incomprendido.

Cómo alguien como yo, irresponsable, desinteresado y egoísta, pretendía poder ayudar a encontrar a Amadou, si por el camino iba a ir perdiendo lo poco que tenía. Debía mejorar esa versión o estaba claro que la cosa no acabaría bien, ni para mí, ni para los que tenía alrededor.

El móvil sonó, avisando de la entrada de un mensaje, era Nadia:

“Mañana quedamos en la cafetería a las nueve, me has de aclarar unas cuantas cosas, porque me ha tocado dar la cara por ti y de momento he conseguido frenar al comisario, pero te tiene en su punto de mira, así que antes de hacer cualquier cosa, deberías contármelo”.

Ese mensaje confirmaba mis pensamientos, tampoco Philippe me perdonaría si Nadia sufriera las consecuencias de mi insensatez, de momento era ella  quien me estaba ayudando y como bien decía, estaba dando la cara por mí. ¿Tendría algo que ver Philippe en la decisión de Nadia? ¿Por qué tanto misterio en la relación que los unía? Algún motivo habría para ello, pero si no lo querían desvelar, no debería entrometerme y respetar su decisión.

Decidí que la noche iba a ser larga, porque si algo tenía, es que era muy testarudo y todo lo acontecido no lo podía ignorar sin más, ser un buen chico y olvidarme. Mi cabeza se había convertido en un puzle gigante, donde cada acontecimiento tomaba forma de pieza, e intentaba relacionarlas para poder encajarlas, pero me daba cuenta de que aún no disponía de gran parte de las piezas.

Tenía en el centro la pieza principal que era Amadou, todo partía de él. Mi trabajo para redactar un artículo sobre él y la situación de tantos en su misma situación, había acabado por un silencio absoluto allí por donde me había movido y poco después desapareció sin más.

Por otro lado tenía el caso del empresario asesinado, relacionado con entidades sociales y mecenas de varios proyectos de su Fundación, el cual iba a ser el contratista principal del nuevo proyecto del Ayuntamiento, para la construcción de un centro de acogida para inmigrantes y personas sin recursos. Aquí estaba el equipo de sucesos y Sandoval al frente de todos ellos dirigiendo una investigación, que prometía ser exitosa.

Y mi última pieza era Nadia, su presencia en el Ayuntamiento estaba claro que era por el mismo tema, pero ella no había soltado prenda alguna sobre lo que la policía estaba barajando, como era lógico.

Mi intuición me decía que debía asociarme con Nadia de alguna manera, ella era la única persona que podría ayudarme con Amadou, en la redacción ya había comprobado que contaban conmigo para temas secundarios y si le planteaba a Sandoval  que su caso y el mío estaban relacionados, ya imaginaba su reacción, enviarme a cubrir eventos de otras redacciones.

Miré de nuevo al cielo, a la espera de algún guiño, pero la noche comenzaba a desvanecerse  y en el horizonte sobre la línea del mar, se apreciaban los primeros claros de luz, que con su brillo empujaban el llegar de un nuevo día. Quizás era lo que yo necesitaba, un nuevo enfoque y apartar todo aquello que no me dejara ver con claridad.

Quizás el rompecabezas, tenía las piezas suficientes y solo era cuestión de cambiarlas de sitio.

Comentarios

  1. El uso de las descripciones es absolutamente genial......parece como si lo estuviera viviendo uno mismo. Genial !!!!!

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