PRETÉRITO IMPERFECTO - PRESENTE

 


Oye Toni, estaba pensando que te debería cobrar un plus. Mi trabajo no está bien pagado y menos con clientes como tú, con los que no gano para disgustos. –Empezábamos bien la mañana, al señor me quejo de todo, estaba haciendo honor a su nombre.

A ver Philippe ¿qué te pasa hoy? Yo acabo de entrar por la puerta, así que es imposible que te haya hecho nada, es más, ni si quiera he pedido mi café. –La verdad es que se había anticipado, ya tenía mi queja en la punta de los labios, cómo era posible que me hubiera visto entrar y mi café siguiera estando en pretérito imperfecto.

¿Me vas a contar lo que sucedió ayer? A caso crees qué vas hacer algo y ¿no me voy a enterar? Cuando lo raro, es que no aparezcas en la portada de tu propio periódico. Y Philippe que tenía el “Day at Day“ entre las manos, comenzó a pasar paginas, como buscando algo. Al finalizar su infructuosa búsqueda, me miró con gesto de interrogación.

¿Suceder? No sé a qué te refieres, estuve toda la mañana trabajando, había de cubrir un acto institucional en el Ayuntamiento y después estuve en la redacción, nada fuera de lo normal. Ya me veía venir a Philippe, así que decidí descubrir que era lo que sabía exactamente, antes de contarle más de lo necesario.

¿Estás seguro de que no pasó nada fuera de lo normal? Yo debo ser idiota y no me entero de nada. Mira este video que me ha mandado un cliente. Y Philippe sacó el móvil y me lo plantó en toda la cara.

La escena que se reproducía no tenia desperdicio y encima el muy desgraciado lo había grabado con una calidad excelente, una imagen impecable, no había detalle que no se percibiera. Por lo visto el cliente, iba en el autobús que casi nos llevamos puesto Fernando y yo, justo en la parte de atrás. Así que el plano era nuestro coche entrando en la calle a toda velocidad y frenando en seco. Malditos móviles de última generación, el sonido era dolby surround por lo menos, porque parecía que el coche estaba allí mismo en la cafetería.

Lo siguiente, era yo saliendo del coche, aquí me hizo un primer plano, como para negar que era yo. Y mientras se iba alejando el autobús se me veía haciendo ejercicios respiratorios.

Qué te parece nuestra interpretación, bueno la mía, porque está claro que el protagonista soy yo. Felicita al director de la película, ha hecho un gran trabajo, a ver si me pasas el video. Quise quitarle un poco de hierro al asunto, pero al parecer empeoré las cosas.

En serio ¿me quieres tomar el pelo? ¿No te parece lo suficientemente peligroso lo que estuvierais haciendo? ¡Eres muy egoísta! Aquí la cosa se puso seria, Philippe abrió la palma de su mano derecha y la golpeó contra la barra, poniendo fin a cualquier evasiva mía.

Tranquilo Philippe, no sucedió nada, los dos estamos bien, fue un pequeño altercado que tuvimos, la culpa fue mía. Yo fui quien involucré a Fernando en esto, el no sabía nada. Pobre Fernando, después de dejarme en la redacción no volví a hablar con él, no quise ni pensar lo que le esperaría en casa, si Ivette se llegó a enterar del incidente. Yo ni con el abono anual a la peluquería tendría suficiente para obtener su perdón.

A Fernando poco hay que decirle, se apunta a un bombardeo, así que es igual de irresponsable que tú. Y ¿En qué lo involucraste? –Philippe no se iba a dar por satisfecho con cualquier cosa y mientras, me imaginaba la misma situación pero delante de Sandoval, no quería ni pensar la escena.

Está bien, perseguíamos un tipo que me resultó algo sospechoso, el personaje en si, desconozco quien era, solo sé que se dedicó a sacar fotos con el móvil a mucha gente del acto, incluyendo a la subinspectora y a mí. Y no, no era un periodista te lo puedo asegurar, aquí hay algo más y lo voy averiguar. Según ampliaba la información la cara de Philippe comenzó a destensarse, parecía por su expresión que era convincente lo que le contaba.

Pero si no sabías quien era, ni que hacía allí, si solamente hacia fotos ¿para qué te metes en problemas? No tienes remedio, eres tú el que buscas los problemas. Philippe resopló, liberando tensión, estaba claro que mis palabras no lo habían calmado.

No sé Philippe, llámalo instinto pero algo me decía que ese tipo no era trigo limpio y creo que no me equivoqué, al darse cuenta que lo estábamos siguiendo, intentaron huir, bueno lo consiguieron. Entonces dime para qué se iban a tomar la molestia de ponerse a toda velocidad por la ciudad si no tenían nada que ocultar. –Philippe se encogió de hombros, mientras se ponía en situación.

Quien sabe, al igual no tenían nada que ocultar y simplemente se asustaron al verse perseguidos. A mi desde luego no se me hubiera ocurrido tal locura. Y a todo esto ¿sabes algo del coche, has hablado con Nadia? Ya no resopló, eso era buena señal, el grandullón parecía aceptar mis explicaciones.

Sí hablé con ella, a última hora de la noche, la verdad es que estaba muy enfadad conmigo, por lo visto recibieron un montón de llamadas denunciando la persecución. Tuvo que convencer al comisario, que estábamos colaborando en el caso, para que no presentaran cargos contra nosotros por conducción temeraria y atentado contra la seguridad vial. A más tuvo que aplacar a la Guardia Urbana y explicarles que era una actuación bajo su supervisión. Así que la pobre se pasó el día salvándonos el culo a mí y a Fernando. No sé como agradecérselo, tengo que reconocer que ahora mismo me arrepiento de lo ocurrido, solo de pensar que quien ha padecido mi impulsividad ha sido ella. Me siento fatal. Y durante unos segundos pasó un ángel, yo me quedé sin palabras y Philippe no daba crédito a lo que le acababa de contar.

Madre mía, si es que no tienes remedio, vas de mal en peor. Y lo peor de todo es que no te das cuenta de que tus acciones acaban perjudicando al resto. Espero que soluciones esto con Nadia, sabes que es alguien que me importa mucho. Porque lo tuyo ya no tiene solución. Y volvíamos a las adivinanzas ¿por qué le importaba tanto Nadia a Philippe? Pero este no era el momento para preguntar por la cuestión.

Lo arreglaré, te lo prometo Philippe, mañana hemos quedado aquí en la cafetería, para aclarar el tema. Y Philippe se acercó a la cafetera y presionó la botonera y el café por fin se hizo presente.

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