GIANNI EL CONFIDENTE

 


Sus grandes ojos marrones llenaban mi mirada, el cabello recogido con una media cola caída, hacían resaltar sus rasgos faciales, donde brillaba su amable sonrisa. Informal, pero elegante con su presencia, Nadia no pasaba desapercibida.

Hola Nadia ¿qué haces por aquí? La verdad es que me sorprendió verla en aquel acto y más cuando llevaba unos días esperando su respuesta a mis mensajes.

Hola Toni, pues trabajando, imagino que igual que tú. Estaba claro que iba a hablar con la Nadia policía, en su primera frase ya estaba deduciendo lo que hacía, era buena en lo suyo.

Sé que al igual no es el lugar ni el momento, pero esperaba que me contestarás los mensajes, tengo que contarte algo importante. Mi impaciencia se precipitó  y no pude evitar reprenderle su actitud.

Lo siento de verás quería haberte llamado, pero el caso en el que estoy trabajando me tiene absorbida todo el tiempo y no veía manera de poder quedar. Típica excusa de subinspectora, a la cual no tenía manera de rebatir, pero debía ponerla en situación y poco me importaba si estaba trabajando, yo también lo estaba haciendo, de manera diferente pero también.

Verás Nadia, se trata de Amadou,  un chico sin papeles que viene por la cafetería vendiendo artículos de ropa y bisutería, al cual estoy ayudando a legalizar su situación, ha desaparecido y estoy muy preocupado, creo que puede ser algo serio. Mis palabras sonaron a desesperación, pero provocaron el interés de su mirada que se mantuvo inmóvil  y atenta.

Vaya lo siento y ¿qué puedo hacer yo? ¿Has presentado denuncia? No eran esas las palabras que esperaba oír precisamente, más bien sonaron a desentendimiento, eso es lo que me hubiera dicho el policía de la entrada.

No, no he puesto denuncia, está ilegal en el país, no sé si haciéndolo lo puedo perjudicar, esperaba que tú me pudieras ayudar. –Y esas palabras sonaron a decepción. Acabé mi bebida y me giré hacia la barra buscando a Gianni sin esperar nada más de Nadia.

Toni, te veo en forma, veo que no pierdes el tiempo. Le hice gestos de negación con la cabeza y me acerqué hacia él, Nadia aún estaba al lado y aquel agitador de bebidas tenía la lengua demasiado larga.

Cállate Gianni, ella es policía y estamos hablando de trabajo, compórtate. Prácticamente le susurré y con el índice en el cuello, le hice el gesto de degollarlo.

Lo pillo, me callaré, pero aquí hay algo que no me cuentas, así que queda pendiente. –Gianni se comportó, bueno se calló, me sirvió una copa y a saber lo que habría metido allí, porque estaba muy fuerte. Me guiñó un ojo y me levantó el pulgar.

Mira Toni, intentaré ayudarte en lo que pueda, pero no te aseguro nada, por el momento cotejaré las bases de datos de la última semana, para saber si aparece alguna incidencia relacionada con ese nombre. Sabía que Nadia no podía ser tan fría y desoír mi petición.

Mil gracias Nadia, eso sería fantástico, Amadou solo nos tiene a nosotros ahora mismo, nadie más se va a interesar por él. Y una pequeña sonrisa se deslizó de los labios de Nadia, sin su ayuda estaba perdido.

Te vuelvo a repetir Toni, que no te prometo nada, estos casos son muy difíciles, al no estar documentados van y vienen y es prácticamente imposible dar con ellos, solo en los casos en que intervenimos nosotros, hace posible que consten su paradero y algo más de información, pero siempre circunstancial. Ojala tengamos suerte con tu amigo y no le haya sucedido nada grave. Sus palabras fueron poco alentadoras, aunque para mi eran símbolo de esperanza.

Bueno ahora al menos tenemos por dónde empezar de manera segura, eso ya es un gran paso. Quizás podría echarte una mano en lo que estés trabajando, tú llevas poco tiempo aquí y yo soy un habitual de estos actos, a más conozco a la persona adecuada para obtener la mejor información. Nadia iba cambiando la expresión de su rostro a medida que iba hablando, de incrédula paso a sorprendida y de sorprendida a no me lo puedo creer, cuando le señalé a Gianni.

En serio, me estás diciendo que tu fuente de información es un barman, que es lo más indiscreto que te puedes echar a la cara, yo a este no le diría ni mi nombre. Y nos acercamos a la barra para demostrarle a Nadia que se estaba equivocando, le pedí a Gianni que se acercara.

Hola de nuevo Toni, hola señorita Nadia, ¿qué les puedo servir? Gianni como siempre lo había vuelto hacer, era un especialista en meter la pata. Nadia al oír su nombre pronunciado por aquel impresentable, clavó su mirada sobre mí  y pude sentir con me atravesaba.

Verás Nadia, es culpa mía, antes no he podido evitar decirle quien eras, me ha visto hablando contigo y Gianni es alguien de confianza. – Mis explicaciones seguían sin convencer a Nadia puesto que seguía sintiendo su mirada sobre mí.

Pues si es igual de discreto con todo, de poco nos va  a servir. Nadia acaba de sentenciar a Gianni, debía poner en valor sus conocimientos o no volvería a confiar en mí.

Verás Gianni, la subinspectora y yo necesitamos cierta información acerca de los asistentes, yo le he dicho a Nadia que tú podrías ayudarnos, explícale lo que me has contado antes. Gianni acabó de servirnos unos cocteles de color rojizo, a lo cual no quise ni preguntar lo que era, simplemente cogí la copa y empecé a beber, la cosa estaba tensa y a mí garganta se había quedado seca.

Como ya le he contado a Toni, la mayoría de personas que se encuentran aquí, están relacionadas con empresas que de una u otra forma colaboran  o trabajan para el Ayuntamiento. Parece que este nuevo proyecto es un pastel en el que quieren estar todos. Al parecer según he podido saber por diferentes fuentes y encajando información, Vicente Grande, el empresario asesinado, fue el que presentó el proyecto inicial al Ayuntamiento, su Fundación es una entidad  muy activa en la vida social de la ciudad y ha sido benefactora de diversas subvenciones estos últimos años, por su parte el señor Grande, es de conocimiento público que dio soporte económico y publico al actual alcalde. Todo parecía encaminado a que Grande y su grupo de empresas se hicieran cargo en su totalidad del proyecto, pero su muerte ha dejado abierta la puerta a que el proyecto se reparta entre diferentes firmas y es aquí donde se especula que esta podría ser una de las hipótesis sobre su asesinato. Gianni al igual que te daba información, te preparaba tres cocteles mientras lo explicaba.

Nadia ¿eso es cierto? ¿Has venido aquí  por el caso de Vicente Grande? Ella era pura discreción y ni me había insinuado el porqué estaba allí, yo imaginaba que era en representación del cuerpo, dado que era un acto institucional.

Como comprenderás, no puedo hablar de mi trabajo, pero Gianni está muy bien informado, veo que te mueves muy bien en estos círculos y sabes elegir tus fuentes, déjame que haga una llamada. –Y la subinspectora sacó su móvil del bolso y procedió a llamar.

- Toni, acércate, ahora que está ocupada la subinspectora. Gianni  con su mano derecha me indicaba que me aproximara, de manera rápida.

Verás, no te gires de golpe, pero al fondo, justo al otro lado, hay un tipo de traje oscuro con barba y media melena. Llevo rato observándolo y está haciendo fotos con su móvil a todo el mundo, especialmente a vosotros dos. –Y entonces Gianni levantó las cejas, abriendo los ojos e inclinándose hacia delante, para indicarme que me podía girar para verlo.

Me giré lentamente y lo localicé tal como me dijo Gianni, estaba en uno de los ventanales de enfrente. No me sonaba de nada su rostro, así que decidí aproximarme para observarlo más de cerca, el tipo hacia casi metro noventa, corpulento, a medida que me acercaba más grande me parecía. Su móvil sonó y contestó la llamada, yo me había colocado apenas tres metros de él, separado por un grupo de invitados que aburridos de la ceremonia comentaban el acto entre trago y trago y mientras, me protegían de ser descubierto.

Al parecer hablaba con alguien que también se encontraba en el salón, su mirada se enfocaba hacia la zona central, pero en ese momento coincidían demasiadas personas hablando por el móvil, imposible distinguir a su interlocutor. Nadia también seguía pendiente de su llamada, no podía interrumpirla por nada, pensaría que estaba paranoico. Y sí lo estuviera y sí fuera un periodista como yo y simplemente estuviera haciendo fotos para su artículo, pero no, su siguiente movimiento me confirmó que un periodista no lleva un arma en el interior de su americana. Al  finalizar la llamada entre abrió su americana para guardar el celular y dejó entrever la empuñadura encajada en la funda del arma.

Y sí era un compañero de Nadia, pero entonces no tendría por qué hacerle fotos a ella, debía poner al corriente a la subinspectora. El individuo se puso en  movimiento, al mismo instante que yo, el grupo de los tragos decidió que era hora de recargar sus copas, yo los avancé por su izquierda, lo que no había previsto es que el individuo progresara por la derecha del grupo, así que el encuentro fue inevitable, pese a no ser tan imponente como él, lo desplace del empujón.

Usted disculpe caballero, perdone no era mi intención empujarle. El tipo, había vuelto a crecer unos cuantos centímetros más, ya era una torre de hormigón armado, creo que ni siquiera debió sentir el impacto.

Me miró fijamente y después desvió la mirada hacia la barra, volvió a mirarme y esta vez desvió su mirada hacia la entrada, no gesticuló palabra, extendió el brazo y con su mano derecha me invitó a continuar mi camino. Y eso hice en busca de Nadia, mientras él, se encaminaba para abandonar el edificio.

Nadia, escucha hay un tipo sospechoso, está haciendo fotos a todos, incluidos nosotros. – La subinspectora suspiró y se llevó la mano a la cabeza, por sus gestos, parecía no estar  muy entusiasmada con mi información.

Qué casualidad, que estemos en un acto público, lleno de autoridades y gente importante y haya alguien haciendo fotos. –A mí con ironías no, estaba claro que no me tomaba en serio.

Gianni, me lo ha dicho y yo lo he confirmado, estaba hablando con  alguien de aquí dentro por teléfono, seguramente su contacto o para quien trabaje. –Ella negaba rotundamente con la cabeza, seguramente para un policía eso no era motivo de preocupación, pero para un periodista, sí lo era.

Venga Toni relájate, el tema de Amadou veo que te está afectando.

Esto no tiene nada que ver con Amadou, si tú no quieres acompañarme iré yo solo.

Comentarios

  1. la narración es digna de una novela de suspense....no puedo parar de leer...

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