SUPERVIVIENTE

     


                        

A veces el sitito más multitudinario y ruidoso, se puede  convertir en el mejor lugar para desconectar y hacer volar la mente, o simplemente concentrarse en algo que estás realizando, sé que puede parecer absurdo, pero este era mi caso, más de una vez había llegado a la cafetería con la urgencia de finalizar un artículo el cual había de enviar urgentemente antes del cierre y mi lugar escogido para la redacción no era otro que la cafetería.

Y bien, os podéis preguntar, si no sería más adecuado realizarlo en casa o en cualquier otro lugar más tranquilo, seguramente tengáis razón, pero en mi caso no servía, cuando necesitaba máxima concentración solo lo podía hacer en lugares de mucho ajetreo, eso provocaba toda mi atención en lo que hacía, sabiendo que si dejaba de hacerlo, la distracción estaba asegurada y esa técnica me permitía aislarme y concentrarme al cien por cien en mi tarea. En cambio, en un lugar tranquilo como una biblioteca, mi concentración se rompía al mínimo ruido y estaba más pendiente de lo que sucedía a mi alrededor, que de aquello que debía realizar.

Así que en la cafetería, algunos de los intelectuales de carajillo y cerveza de tirador me llamaban, el superviviente, no por mis meritos, si no porque decían que vivía en una isla, en mi mesa solo, con todos mis papeles, cuanta cultura ha dado Telecinco a este país, no habrá generaciones suficientes para agradecer tanto conocimiento.

Qué Toni, todo el día de parranda y ¿te pones a trabajar a la hora de plegar? Philippe, cuando  veía que me sentaba en la mesa del fondo, con todo mi equipaje laboral, sabía, que el día había sido muy ajetreado y ya no daba para más. Sin decirme nada se acercaba con un café doble, de esos bien concentrados donde más que humo, sale cafeína y sin nada de azúcar, blanca anestesia para el paladar que traiciona  el gusto por la vida.

Sí Philippe, es lo que tiene ser un vividor, que vengo a trabajar a la cafetería, ves igual que tú, para que luego no digas que no vives bien.

Yo te cambiaría un día de trabajo en el periódico, por uno en la cafetería. Y lo dijo convencido, la verdad es que el oficio no era desconocido para mi, durante mi época de instituto, trabajé un verano de camarero, en un chiringuito para sacarme un dinerillo, el cual invertí en el carnet de conducir, aún recuerdo aquel verano con mucho cariño, la de gente que conocí y las mil y una anécdotas que  viví.

Pues no estaría mal, yo detrás de la barra ejerciendo el poder de la cafetera y del tirador de la cerveza, tendría a la gente a mis pies. Ya me imaginaba, aunque mi subconsciente me traicionó y más que verter la cerveza, la tiraba literalmente y lo mismo con la cafetera.

  tan fácil crees que es, demuéstramelo. Aquel terapeuta de barra, me tenía muy calado, demasiadas sesiones de terapia había ejercido conmigo, incluso me conocía mejor que yo.

Creo que por esta vez, vas a ganar tú y te voy a dar la razón, yo sería más de servir copas, en un bar musical, al ritmo desenfrenado de la música, chupito va y chupito viene, brindaríamos hasta ver amanecer y la gente desearía que llegara el fin de semana para renacer. Ya lo estoy viendo. El que me estaba viendo con cara de preocupación era Philippe.

Ui, veo que el día ha sido muy estresante, si ya estás pensando en salir de fiesta y solo estamos a martes, aún te queda mucho para renacer. Tenía razón eran de esos días que no te sale nada y andas corriendo y las manecillas del reloj van pisando tus talones.

Sí, estoy trabajando en un artículo, sobre Amadou y la situación de tanta gente como él.  Parece que  para la administración, esta gente no existe y lo digo literalmente, no quieren saber nada del tema, e incluso niegan que tengan constancia. A la directora de servicios sociales, la voy a poner en busca y captura, porque es imposible concertar una entrevista con ella debe ser la persona más ocupada de la ciudad, el delegado del gobierno para extranjería, debe hacer honor a su cargo y estará fuera del país, así que solo he podido contactar con una ONG, que curiosamente parte de su subvención proviene del ayuntamiento. No sé Philippe, pero algo me dice que cuando hay tanto silencio, se aproxima tormenta–.

Ya sabes cómo es la administración, lenta y burocrática y sus políticos vendedores de humo parapetados en sus sillones de poder. Ten paciencia–.

He contactado con el jefe de prensa del ayuntamiento y le he hecho llegar unas cuantas preguntas y he solicitado entrevistar a ciertos cargos, creo que no les ha gustado demasiado mi escrito, aún no he recibido respuesta alguna. Pero creo que después de que se publique este artículo, al igual recibo respuesta y tienen en consideración  mis peticiones. Philippe asentía con la cabeza mi afirmación.

Debes andar con cuidado y ser precavido, aunque a veces hay que hacer como los cazadores cuando no ven a sus presas, disparar al aire y ellas solitas se delatan intentando huir. Desconocía esa faceta del gabacho, ya me lo estaba imaginando con sus botas, chaleco y sombrero,  armado hasta los dientes cazando conejos. La verdad es que no, mi imaginación no daba para tanto.

Creo que has dado en el clavo Sherlock Holmes, eso voy hacer, lanzaré el artículo y veremos quién es el primero en salir de su escondite. Perecía buen plan, pero no me gustaba, si Philippe era Sherlock, yo era el Dr. Watson, o sea su ayudante, eso no podía ser.

Toni, ¿has hablado con Nadia del tema? El grandullón no era dado a mostrar afecto, pero sabía que se preocupaba por mí, aunque no era para menos, yo no había salido de una que ya me estaba metiendo en otra.

No, pero debería hacerlo y tenerla informada, al igual sería bueno para tener cubierta la espalda. Cogí el teléfono y le escribí un mensaje a Nadia, para quedar.

Comentarios

  1. Me encantan las comparaciones...el léxico utilizado...la caracterización de los personajes......TODOOOOOOOOOOO!!!!!

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