EL SEÑOR TIEMPO

       


                    

Sujeto a mi muñeca izquierda, la oscura caja digital del tiempo me advertía  que tan solo tenía diez minutos para tomar el café.

¿Me podría decir qué hora es? La interrogación  venía de mi derecha, allí estaba sentado un señor trajeado de pelo canoso, a juzgar por su impecable estilismo debía ser algún ejecutivo despreocupado, que preguntaba  por remordimientos a excederse demasiado tiempo en su quehacer matutino.

Sí, por supuesto, son las siete y cuarenta y cinco. Y volví a mirar incrédulo mi reloj, estaba claro que hoy no sería el día en que llegaría puntual a la redacción, quizás debería hacer como él, dejar el reloj  y despreocuparme, últimamente solo era fuente de estrés.

Gracias  y disculpe mi atrevimiento, pero diría que no ha sido bueno idea recordarle la hora que es. Su barba recortada, del color de su pelo  me recordaba a alguien conocido.

No se preocupe, yo y el tiempo tenemos un problema, no somos buenos amigos, nunca nos ponemos de acuerdo. –Seguramente, él no tendría ese problema, sus grandes ojos negros, no revelaban su edad, no tenía ni una arruga, es más diría que tenia la piel más tersa que yo. Aunque eso no era muy difícil, entre lo poco que dormía y que las cremas hidratantes  eran simple objetos decorativos  del cuarto de baño.

Pues debería llegar algún tipo de acuerdo, recuerde que el tiempo es lo más valioso que tiene, sin él no hay nada, así que si no lo invierte correctamente, no le servirá de nada tenerlo. Debía ser inversor, alguien que pensaba que el tiempo se había de invertir, no podía ser otra cosa, él seguramente habría invertido bien el suyo, viendo su aspecto y su despreocupación.

Si lo que me falta es tiempo, demasiadas inversiones  hago para el poco que tengo. Decidí introducirme en su argot, yo lo más que invertía era en cafés.

Ahora comprendo su cara de preocupación al observar la hora, verá hay dos maneras de invertir el tiempo, una es en  uno mismo  y la otra es  desperdiciarlo y por su reacción creo que ha sido por la primera opción. Bueno esto ya era demasiado, el analista bursátil entraba a valorar mis acciones.

Si para usted, invertir su tiempo en trabajar, es invertirlo en uno mismo, pues sí, prácticamente me lo dedico en exclusiva para mí. Y el resto de tiempo que no trabajo lo debo estar tirando. Tenía la sensación en ese preciso momento de estar desperdiciando  mi estimado tiempo, con un señor el cual tenía despreocupación por el suyo.

No creo que sea así, el trabajo es una inversión en uno mismo, para poder disfrutar  el tiempo que no se trabaja, si no ¿cómo pagaría el café que se está tomando? Era muy listo, había ido directamente a mi mejor momento de ocio, el café.

No querrá ¿qué mi preocupación sea mi tiempo libre? Seguramente él dispondría de tanto tiempo libre, incluso en su trabajo, que no sabría qué hacer con él, pero al resto del mundo, nos sucede justamente lo contrario.

Exactamente amigo, ahí está el kit de la cuestión, el saber invertir su tiempo libre es lo que le da calidad de vida, de qué le serviría trabajar mucho y ganar mucho dinero, si después no dispone de tiempo ni para gastarlo.  Ahora había puesto las cartas sobre la mesa, este tendría tanto dinero, que  no sabría en que gastarlo, menuda problema, ojala fuera esa mi preocupación.

Y ¿en qué me propone que invierta el poco tiempo libre de que dispongo? Yo a diferencia de él por más que trabajara  no iba a ganar más, así que no gastarlo no iba a ser una preocupación, al menos ya sabía que en eso no iba a malgastar mi tiempo.

Su tiempo lo debe invertir en aquello que le llene, piense que es su activo más valioso. Ya estaba otra vez con el argot financiero, estaba esperando que en cualquier momento me fuera a vender algún producto financiero de los que manejara, o incluso una enciclopedia.

Y a usted ¿qué le llena? A este ya no le llenaría nada, porque se notaba que tenía los bolsillos llenos de billetes.

Verá, como le he dicho, lo más valioso que tiene usted no es nada material, es su tiempo, que es algo intangible, su valor es incalculable, dado que pasa y no vuelve y no hay manera de recuperarlo, con suerte lo podrá revivir en su memoria, con sus recuerdos, pero aún así no será lo mismo.

Usted sabrá que está invirtiendo su tiempo adecuadamente, cuando aquello que esté realizando le haga perder por completo la noción de dicho tiempo. Aquí casi me caigo del taburete, no sabía si estaba hablando con Sócrates o con toda la escuela estoica, pero lo único que sabía, era que no sabía nada.

Espere, como que perder la noción del tiempo, si la pierdo estaré perdiendo el tiempo también. Y ya me acabé de unir a la escuela griega y por poco no hablo en arameo.

Es muy simple, le pondré un ejemplo. Nunca ha estado con una persona  y siente que está conectado a ella, que simplemente ha quedado para tomar un café  y la cosa fluye, un tema lleva a otro y este a otro y no hay fin, pero de repente, se dan cuenta que se tienen que ir y no quieren, porque queda mucho por contar. Eso es perder la noción del tiempo y son las cosas que nos llenan, cuando no importa el lugar, porque no ves mas allá de lo que tienes delante, no importa la gente, porque no percibes su presencia.

Eso es invertir el tiempo, no hay nada más hermoso que compartir el tiempo con alguien que esté dispuesto a compartir su tiempo contigo, tú estás entregando lo más valioso que tienes y a la vez estás recibiendo lo más valioso que tiene la otra persona. El inversor me acaba de dejar fuera de juego, aquellas palabras provenientes de un tipo enfundado en un traje que valía más que mi sueldo, no eran propias de él, aún estaba esperando que me sacara la enciclopedia o no sé un conejo de la chistera, me froté los ojos para intentar reaccionar.

Y ¿cómo sabré que estoy perdiendo el tiempo? En ese momento había pasado de creer que estaba malgastando mi tiempo en hablar de cosas absurdas, a empezar a valorar que lo estaba invirtiendo.

Muy simple, en el momento que sienta que tiene que dejar lo que está haciendo. Si realiza una tarea,  la sensación será que no servirá para nada. Si es una conversación, su cabeza divagará sin prestar la más mínima atención y si se trata de una relación, se sentirá vacio. Creo que el inversor me acababa de dar el mejor consejo para rentabilizar mi tiempo.

Pero solo sé que pierdo el tiempo cuando ya lo he perdido, ¿cómo puedo anticiparme para evitarlo? –Miré a mí alrededor y no estaba Philippe, me había quedado solo en la cafetería con aquel hombre, los clientes habían salido sin darme cuenta, la conversación me tenía atrapado.

El tiempo es relativo, es una medida invención del hombre, el tiempo es lo que dedicamos a buscar sensaciones que nos provoquen sentimientos, cuanto mayor sea el grado de sentimiento que nos provoque esta sensación, más invertiremos en ella. Se trata de conectar con la esencia de las cosas y sentir lo que recibimos.

 La esencia de las cosas no se busca, aparece  y aunque la tenemos delante no la podemos ver con los ojos, debemos sentirlas y solo la podrás ver cuando mires hacia adentro.

Oye ¿te pongo el café o no? Era la voz de Philippe desde la cafetera.

¿Dónde estabas Philippe? De repente me he encontrado solo en la cafetería con este señor, no había ni un alma ¿qué ha pasado? Philippe me miró absorto, sin entender una palabra de lo que le decía.

De qué me estás hablando, no me he movido de la barra y vacía la cafetería, será cuando cierro, mira la gente que hay. ¿De qué señor me hablas? Ahora era yo el que no entendía nada de lo que me hablaba Philippe, me giré para corroborar lo sucedido con el hombre del traje  y al girarme, el taburete estaba vacío, no había nadie. No podía ser ni si quiera se había despedido. Seguramente con el rato que llevábamos hablando, él también llegaría tarde y no paró en despedirse y yo iba por el camino también de llegar tarde, miré mi reloj y eran las siete y cuarenta y cinco, exactamente la misma hora que la última vez que lo miré, no era posible. ¿Qué había pasado en ese espacio de tiempo? ¿Lo había perdido o lo había invertido?

No sé lo que sucedió pero perdí la noción del tiempo y encontré la esencia.

Comentarios

  1. excelente reflexión sobre el concepto del tiempo....la esencia de las cosas no la podemos ver con los ojos.....me encanta!!!!!!

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